ALBERTO FERNÁNDEZ RECIBIÓ ARCIONI PARA INTERIORIZARSE DE LA SITUACIÓN PROVINCIAL Y EL REPERFILAMIENTO ENCARADO POR EL CHUBUTENSE. LA INESTABLE COYUNTURA PROVINCIAL Y LOS INTENTOS INDIVIDUALES PODRÍA CONVERTIRSE EN PELIGROSO BOOMERANG PARA LAS NEGOCIACIONES DE DEUDA ARGENTINA. GUZMÁN Y LA TEORÍA DE ´ESCONDER LAS CARTAS´ QUE CUESTIONA LA OPOSICIÓN

Los jugadores y las jugadas

Por Trivia Demir

El gobierno nacional atiende rigurosamente todas y a cada una de las variables que puedan afectar el reperfilamiento de deuda que busca, y en ese marco mira con muchísima atención los movimientos provinciales. Ayer el presidente Alberto Fernández recibió al gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, y la foto del encuentro dejó entrever la preocupación en el semblante del primer mandatario nacional.
Es que Arcioni autorizó a su Ministerio de Economía y Crédito Público de la provincia a contratar a los bancos J.P. Morgan Chase & Co y Citigroup Inc como agentes financieros para una posible transacción de deuda. Un dato preocupante considerando que el J.P. Morgan es parte de los fondos de inversión especulativos que poseen bonos de países endeudados como Argentina, y se hacen el banquete con cada renegociación. Muchos de esos bancos además facilitan la “contabilidad creativa” para fugar capitales del país.

Una provincia en llamas

El Presidente sabe perfectamente que la situación de Chubut no surge de ahora, ni tampoco de los últimos cuatro años, sino que arrastra más de una década de desmanejos y peligroso endeudamiento de un estado subsoberano que casi siempre fue a contrapié de los gobiernos nacionales kirchneristas.
Chubut tiene una deuda afectada por la devaluación y los propios mecanismos de la deuda. La deuda total es de US$855 millones de Chubut, pero el 80% corresponde a bonos internacionales. La mayoría de los bonos en dólares de Chubut están respaldados por regalías de petróleo y gas que se pagan directamente en un fideicomiso. Esto significa que el gobierno no puede acceder a esos fondos para pagar gastos públicos, por ejemplo salarios. Con este intento de reestructuración, que además ya fue previamente rechazado con advertencia legal por los acreedores, podría proyectar para adelante esta deuda a un costo por supuesto altísimo, y a la vez hacer uso discrecional de regalías hidrocarburíferas para gastos corrientes.

En ´veremos´

Para Nación sin embargo, primero debería existir un plan económico efectivo que muestre un intento de achique del déficit fiscal. Tarea que Arcioni no pudo realizar hasta el momento. Ayer, lo único que habría podido ensayar es una explicación sobre los proyectos ingresados en la Legislatura para intentar deshacerse de 10 mil empleados públicos con retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas afectando también a la Caja. Un ensayo que además no logró empujar políticamente fracasando las sesiones extraordinarias que debían abordar el plan de Arcioni.

Dicen que el caso de Arcioni es parecido al de Kicilloff y al de Macri y anticipa un horizonte de negociación que no ayuda para nada en este momento a Nación. Los expertos dicen que Kicillof, al estilo Macri, buscó «reperfilar» un vencimiento de deuda, que se entendió que luego tampoco sería pagado. Entonces el interrogante necesario es ¿por qué aceptarían bonistas ese reperfilamiento, al igual que el de Arcioni? Los antecedentes no ayudan a confiar. Macri –por ejemplo- lo hizo con la deuda que tenía legislación argentina, compulsivo, y hasta en un hecho insólito en la historia de los mercados, no pagó ni siquiera vencimientos en pesos a empresas. Para Nación, si patina también Arcioni en el ´reperfilamiento´ generaría más tendencia a la desconfianza externa en un momento clave para las negociaciones macro.

Una estrategia muy cuidada

De hecho, el ministro de Economía, Martín Guzmán advirtió en su presentación en el Congreso Nacional que el Gobierno no va “a permitir que fondos de inversión extranjeros marquen la pauta de la política macroeconómica” y remarcó que, en el proceso de renegociación de la deuda externa, “la sociedad argentina está primero”.
Ante representantes de la CGT, los empresarios, la Iglesia, intendentes y funcionarios, Guzmán expuso este miércoles durante poco más de una hora ante el plenario de la Cámara baja, trazando un panorama en relación a la deuda heredada y hablando de los desafíos a futuro, pero aclarando también que no iba a dar detalles públicos de la negociación. Una jugada que generó cuestionamientos afuera y adentro.
Tras dicha exposición, analistas consideraron que “históricamente estos mensajes (el de Guzmán en el Congreso) tienen una enorme falta de objetividad y tienen pátinas ideológicas. Institucionalmente tienen un enorme valor”, pero, “Al mundo externo no está dirigido esto. Esto es cabotaje puro», consideró por ejemplo el economista Carlos Melconian.

La oposición, inquieta

Por su parte, el diputado nacional (UCR) Luis Pastori consideró que “la estrategia (económica) del gobierno no está funcionando. Quieren negociar rápido pero sin explicitar un plan, y vienen de fracaso en fracaso en todos los canjes voluntarios que plantearon hasta ahora, por lo que nos preguntamos si no es el momento oportuno de que cambien de estrategia”.
“Nosotros aportamos racionalidad desde la oposición, pero la confianza y la credibilidad se la tiene que ganar el gobierno y no nos parece que con este tipo de presentaciones lo logren”, señaló el legislador en referencia a la exposición de Guzmán.
Para el radical, “quedaron muchas cuestiones sin contestar, mucha incertidumbre y dudas”
Más allá de las inquietudes, la oposición se mantuvo callada ante la exposición del ministro y afirman fuentes confiables, que prefirieron mandarle 26 inquietudes por escrito.
Según una crónica del analista Ignacio Zuleta, el interbloque de Cambiemos que prefirió preguntar por escritos, confirmaron con esto que no discutirán en público con él y que no harían uso de la palabra para evitar provocaciones. Para el columnista sin embargo, “Eso hace presumir que las habrá. Será la prueba de fuego para el acuerdo político que hay en el Congreso entre oficialismo y oposición, cercado por las manías de siempre. Por ejemplo, la intención de algunos de poner a prueba qué conviene más en la coyuntura, si pelearse o mostrarse colaborando. Los proselitistas buscan la ocasión para la confrontación. Los mansos postergan las inquinas para cuando sean imprescindibles, El juego de siempre”, predice.

Las preguntas

Puntualmente los diplomáticos opositores le preguntaron por escrito a Guzmán, entre otras cosas: “Sobre la estrategia de negociación de la deuda. ¿Cuál es su diagnóstico respecto a las razones que explican la eventual ´insostenibilidad´ de la deuda? Mirando indicadores objetivos de liquidez y solvencia de la deuda pública (por ejemplo, deuda con el sector privado en % del PIB, intereses de la deuda en % del PIB, duration de la deuda pública, etc.) Argentina no difiere significativamente del resto de los países de la región y las economías emergentes. Sin embargo, difiere sustancialmente en un aspecto: el país acumula 10 años de estancamiento económico y un déficit primario sostenido en el tiempo que sólo se redujo en los últimos dos años. Esto sugiere, a nuestro criterio, que las principales causas que deben atacarse refieren al diseño de un plan de estabilización y crecimiento en combinación con políticas que logren sostener el equilibrio fiscal primario alcanzado con tanto esfuerzo en el año 2019”.
En este sentido, “¿considera Usted que es posible reestructurar exitosamente la deuda pública y lograr una mayoría calificada de aceptación de bonistas sin explicitar antes un plan económico integral que pueda ser creíble y confiable para los acreedores y para el pueblo argentino? ¿Hay alguna experiencia internacional exitosa que Usted nos pueda referenciar que haya seguido el camino contrario que el Presidente Alberto Fernandez ha definido como ´jugar al poker´ de la deuda sin mostrar las cartas? ¿No cree que sería menos riesgoso para los intereses de la República Argentina seguir los lineamientos de la mayoría de los procesos exitosos de reestructuración de deudas soberanas? Esos lineamientos suponen establecer primero un acuerdo con el FMI (cuando existen deudas previas) y poner en marcha un programa económico capaz de recrear la confianza”.

¿Quién pregunta en las sombras?

Y en el punto 6 directamente mostraron hasta un sesgo orgánico con los acreedores externos preguntando a Guzmán: “Con relación al papel del FMI en las negociaciones con acreedores privados. A su criterio, ¿el FMI debe jugar algún rol en la negociación con los bonistas y, en caso afirmativo, cómo se desarrollaría esa labor y cómo se la instrumentaría? ¿El gobierno argentino tiene previsto iniciar tratativas para un nuevo programa con el Fondo y qué características asumiría? Alternativamente, ¿cómo se prevé afrontar los pagos de intereses y amortizaciones de capital con el FMI, en particular los USD 1.600 millones de intereses pagaderos trimestralmente que vencen a lo largo de 2020?”. En fin, a decir por las inquietudes opositoras se evidencia hasta una preocupación casi excesivamente interesada para garantizar pagos de deuda que contrajeron los propios referentes de Cambiemos. Los mismos que hoy cuestionan o escudriñan anticipadamente sobre los intentos de renegociaciones del oficialismo, vaya a saber con qué objetivo anticipante. En ese marco, que el gobierno ´esconda´ las cartas es una jugada hasta imprescindible en este tremendo y definitorio escenario donde no se puede arriesgar ni a ´sopladas´ políticas, torpezas provincias, o errores propios. Habrá que ver…

Fuentes: Parlamentario, ZuletaSinTecho, NA, propias

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