Por Trivia Demir

La semana culmina en Chubut con un poco de calma obligada debido al fin de semana largo de carnaval. Mientras oficialmente se espera torcer la negativa docente y lograr el inicio del ciclo lectivo, tal vez el dato más destacado políticamente hablando será la reunión anunciada por el gobernador con su vice el miércoles 26. Una cumbrecita que deberá acomodar las numerosas rencillas palaciegas que se han producido en los últimos días. Ese hecho tal vez marcará lo que vendrá con la apertura de la actividad legislativa cinco días después, momento en el que Mariano Arcioni esboce su discurso anual donde el relato y la realidad deberían coincidir aunque sea un poquito este año.
En ese marco, para gran parte de los actores políticos, la crisis partidaria peronista fue y es el principio de toda esta debacle de aliancismos y fórmulas enrarecidas en la que entró Chubut desde hace años sin poder terminar de salir. Un fenómeno que derivó a su vez en conducciones de dudosa procedencia y mucho más dudoso éxito. De allí que para los miradores de coyunturas, sea quien sea el conductor de turno, difícilmente se podrá encarrilar la crisis sin un salto político que fortalezca la vida democrática tanto como las instituciones. “El problema es político”, coinciden a coro los entendidos de pasillos, pero nadie profundiza demasiado sobre lo que quiere decir esto en el fondo.
La normalización partidaria es -si se quiere- el primer gran paso para enfilar hacia una reactivación participativa, sin embargo hay serias dudas sobre lo que se hará. Si se seguirá actuando para la galería y manteniendo las mesas chicas de poder, o si realmente se abrirá el juego para que el peronismo provincial recupere su lugar en la historia, porque ya lo decía un medio del Valle sin anestesia: guste o no llevan 4.700 días fuera del poder real. Por ahora se sabe que el Congreso del PJ Chubut formalizará la convocatoria por estos días para la reunión que se produciría el 7 de marzo próximo. En eso trabajan los principales referentes, que además tienen esperanzas de lograr una lista de unidad para la renovación de autoridades. En principio se dice que se prorrogarán los mandatos que vencieron en diciembre y la idea sería avanzar con elecciones a más tardar en octubre. Y entre otras cosas, se analiza cómo encarar la relación con el gobierno de Mariano Arcioni. Que para el presidente Alberto Fernández y la alianza nacional Todos es un miembro más, y para el sello provincial por ahora es un opositor.

Los lineamientos nacionales

Mientras esto se dirime en territorio, este jueves en la sede de la calle Matheu 130, el Consejo Nacional del Partido Justicialista (PJ) se reunió para realizar la convocatoria de las elecciones de autoridades partidarias y fijar la fecha del Congreso nacional respectivo, acordándose su realización el 5 de marzo y el 3 de mayo respectivamente. Mientras que se definió que la asunción de las nuevas autoridades será el 6 de mayo.
Esta reunión se celebró en un clima de cordialidad, en el que la mayoría de los dirigentes señaló su preferencia por presentar una lista de unidad, confeccionada por consenso, con la participación de todos los sectores. A la fecha, los dos candidatos que circulan para la presidencia del PJ nacional son el actual titular, José Luis Gioja, y Jorge Capitanich, gobernador del Chaco, quien cuenta con el aval de la vicepresidenta Cristina Fernández.

Bajar un cambio

En líneas generales hubo coincidencias sobre la necesidad de evitar los roces y enfrentamientos a que regularmente da lugar una definición de este tipo, sobre todo en un contexto en el que la gravísima situación económica y social heredada desnuda nuevas vertientes a cada paso.
Sin embargo, la composición de una lista en común no será una tarea sencilla, ya que son muchos los que deberían abandonar los cargos y funciones que actualmente detentan para posibilitar una nueva composición que permita incluir al conjunto de los espacios internos que participan del frente de todos. En la última elección, celebrada en 2016, en la que fue electo Gioja, la fragmentación del pan peronismo excluyó de la elección del consejo al kirchnerismo, La Cámpora, el massismo y buena parte del sector sindical. Todos estos actores, a excepción del Frente Renovador –que realizará su propio Congreso- deberán ser incluidos en la nueva composición.

En detalle

La reunión del jueves estuvo presidida por José Luis Gioja, “Wado” De Pedro, Agustín Rossi, Gildo Insfrán, Daniel Scioli, Antonio Caló y la ahora diputada nacional Rosana Bertone. Entre los más entusiastas defensores de la lista de unidad se destacaron Héctor Daer, secretario General de la CGT y muy próximo a Alberto Fernández, y Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría, quien expresó su convicción de al afirmar: “Si se logró la unidad para la elección nacional, ¿cómo no la vamos a lograr para conducir el partido?”.
La única voz de discordia fue la del gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, quien remarcó su preferencia por la realización de elecciones competitivas, con una altísima participación de los afiliados, para permitir una amplia legitimación de las nuevas autoridades partidarias.
Debido a la composición actual de la conducción del PJ, el encuentro expresó una cierta sobrerepresentación de los partidarios de la candidatura de Gioja, quien desea ver reconocidos sus esfuerzos en favor de la unidad, por lo que no observa con agrado la alternativa de una competencia electoral con Capitanich. Por el contrario, desde los sectores más próximos a Cristina Fernández consideran que resulta deseable una renovación de la conducción, para potenciar el respaldo al gobierno nacional.

Ampliando el universo

Más aún, Fernando “Chino” Navarro, actual funcionario de la gestión, propuso abrir el juego y sumar al Congreso del 5 de marzo en el microestadio de Ferrocarril Oeste a todas las fuerzas que participan del Frente de Todos, e invitar especialmente a Alberto Fernández y Cristina Fernández. Esta ampliación del espectro partidario encuentra severas resistencias en los sectores más tradicionalistas, que no sólo verían licuado su poder sino que también argumentan que esto afectaría la homogeneidad doctrinaria del PJ. Un tema que dará que hablar en los próximos días. Si esto sucediera, al Pj Chubut por ejemplo no le quedaría más remedio que abrazarse con la dupla gobernante actual Arcioni-Sastre como si se tratara de dos grandes y eternos compañeros, cosa que con solo pensarla a algunos ortodoxos provinciales ya les produce alergia.
El primero en criticar el curso que van tomando los hechos fue Guillermo Moreno, quien anunció inmediatamente: “Haré mi propio partido, con doctrina y contra las cien familias”. Y hasta anticipó su denominación: “Partido de la Revolución Nacional”.
La mayoría, en tanto, optó por meditar el asunto, ya que no se trata de una definición menor, debido a que no sólo afecta el curso del proceso electoral sino también una actualización o redefinición doctrinaria de cara al futuro. En fin, mientras avanza el fin de semana largo, el carnaval partidario comienza a enmascararse de nuevo. Habrá que ver…

Fuentes: NA, Realpolitik, propias