CÓMO EL PESO DE LA DEUDA Y DE LAS RENEGOCIACIONES A PUERTAS CERRADAS DEJA HUELLAS PROFUNDAS EN LA CRISIS CHUBUTENSE. EL ´HOY Y AHORA´ QUE DEBERÍA PRIORIZAR LA NUEVA LEGISLATURA ADEMÁS DE REVISAR LA HISTORIA. ENDEUDAMIENTO AL TROTE: EN LOS ÚLTIMOS MESES LA GESTIÓN ARCIONI TOMÓ DEUDA POR MÁS DE CUATRO MIL MILLONES DE PESOS

Cada paso, una pisada

Por Juana de Arco*

La cadencia que le imprimió el gobernador Mariano Arcioni a su gestión durante el discurso en la apertura legislativa, pone énfasis en ir resolviendo cada complicación en el momento. Y del mismo modo que un pie sigue al otro en el andar, ir contrapesando la carga que le toca arrastrar ´paso a paso´. Visto desde la intención de arengar a la ciudadanía a seguir andando estoicamente porque en algún momento se llegará al estado de la tierra prometida, la figura es marketinera.
Hasta ahí, la gráfica del relato da idea de un camino que se va construyendo, como dice el poeta, ´al andar´. Y eso tiene a todas luces sus pros, pero también sus contras.
Pero el tema en que en política, mal que pese, nunca hay un solo camino, por el contrario hay varios cada día y de acuerdo a cada territorio. Y en economía, como en todo cálculo y transacción, tampoco hay espacio para circular exclusivamente con la idea del ´aguante´.
“Aguantar” es por ejemplo para la psicología militar en operaciones de supervivencia, “aquella situación en la que un individuo se encuentra inmerso en un medio generalmente desconocido y adverso, en el que deberá subsistir con los recursos que le proporciona el terreno..(…)”. Un concepto complicado para pensarse cuatro años por delante. Máxime si el camino que se va tomando es de absoluta y exclusiva decisión, y profundamente alejado del necesario consenso que sugiere la democracia, y sobre todo las crisis en democracia.
Hasta ahora el gobierno de Arcioni viene caminando solito e inconsulto, pero se va adentrando al peligroso terreno enlodado del mal gasto descontrolado que resultan las renegociaciones y las tomas de deuda permanentes. Un dato al que le teme todo el arco político porque podría hacer derrapar ya no su gestión, sobre la que se siente firme y con ganas de transitar, sino toda la estructura provincial. Sobre esto comenzó ayer, en su primer día laboral, a pedirle explicaciones la nueva y por ahora ´honorable´ legislatura chubutense. Sin embargo, el debate inicial arrancó mayoritariamente con una revisión histórica del endeudamiento pasado, que no está mal que se haga, pero abandonando tal vez peligrosamente el ´hoy y ahora´ que requiere la coyuntura. Sobre todo porque con lo pasado no se puede más que lamentarse y reperfilar, pero con lo presente si se puede incidir y evitar más colapsos. Un mal que arrastran las sucesivas legislaturas al parecer en nuestra caminadora pero parsimoniosa provincia.

¿Más ´alegres andantes´?

Cada legislatura que asume, sigue levantando la mano para facilitarle al mandatario de turno tomar deuda para pagar más deuda, procesos en los cuales quedan jugosas comisiones dando vuelta. Para decepción de los actuales y noveles diputados sin embargo, hay que decir que ese tipo de ´generosidad legislativa´ en términos políticos a esta altura del partido no sólo está peligrosamente bajo la lupa social, sino que juega al borde de la ilegalidad tanto que bien podría terminar en procesos.

Con la brújula descompuesta

Si la gestión Arcioni realmente considera que tiene un rumbo fijado, no está claro cuál es. Y si el ´paso a paso´ intenta trasmitir un concepto de aguante y hasta cautela, en la práctica, la avanzada que ha imprimido el comodorense a la administración provincial es absolutamente acelerada, por cualquier terreno y a cualquier costo.
Para documentar con datos duros la idea, basta analizar que en apenas seis meses, Arcioni tomó deuda por más de cuatro mil millones y medio de pesos. Fue a través de seis colocaciones de Letras: La primera por $ 500 millones; la segunda por $ 1.300 millones; la tercera fue por $ 500 millones; la cuarta por $ 113.010.000; en la quinta logró fondos por $ 1.717 millones; y en la última hace días por $ 402.850.000. O sea que la gestión de Arcioni se endeudó en 4.532,8 millones desde que asumió el último ministro de Economía, Oscar Antonena, un funcionario con credenciales conocidas en temas de refinanciaciones, pero escasas de administración exitosa con recursos genuinos.
Así las cosas, en la apertura de sesiones, mientras Antonena daba una clase de presencia incólume y de contagioso optimismo, un importante número de entendidos veía sin tanta sonrisa y con seño de preocupación, como el actual Gobierno está financiando el pago de sueldos de los empleados públicos con intereses exorbitantes, y encima, tarde y mal.
¿Cuál es el negocio de tener un estado parado que igual debe pagar y encima con onerosos intereses? Habría que preguntarle a los actuales tomadores cuál es. Porque en todo caso, una toma de deuda se planifica con acabadas credenciales de cómo, porqué, para qué y a cuanto, y se acomoda de un hondazo el caballo adelante del carro, sin hacerle padecer el desmanejo al pueblo. Bueno, este no es el caso, y sospechosamente quienes deberían advertirlo empezaron por discutir el pasado.
En el ´mientras tanto´, por las seis colocaciones de Letras del Tesoro, Provincia ya desembolsó $ 420,8 millones y restan $ 687,2 millones. ¿Qué le hace gracia a Antonena de todo esto? Que seguramente la gran deuda la pagará otro más adelante, alguno que quede en pie tras el largo peregrinar que nos espera luego de los cuatro años a este paso.

¿Al trote o paso a paso?

Como si fuera poco, para pagar a sus empleados la provincia va paso a paso y escalón tras escalón, pero para negociar deudas grandes avanza rápido y mal, sea por por asesoramientos políticos interesados o inexpertos, o quizá por alguna conveniente comisión que arrastra a algún influyente amigo a mal aconsejar, vaya uno a saber.
Lo cierto es que el ritmo no es parejo y este es otro tema que podría perjudicar a Chubut por el apresuramiento de Arcioni y Antonena. El pasivo de las provincias con Anses por ejemplo es uno de los grandes temas que empiezan a renegociar las provincias en tándem y con buenas probabilidades a que se llegue a un buen acurdo porque se trata nada más ni nada menos que de 120 mil millones de pesos que los estados subsoberanos le deben a la Anses. Y ahora al igual que el gobierno nacional con los acreedores privados y el FMI, las provincias quieren prorrogar sus deudas con la Nación, y de hecho, hubo un compromiso difuso cuando oficialismo y oposición acordaron apoyar por unanimidad el proyecto del ministro Guzmán para restablecer la “sustentabilidad” de la deuda pública que ahora están esgrimiendo. Hace unos días en reunión con el CFI se avanzó extraoficialmente, más allá que Alejandro Vanoli, el director de la Anses, resista porque dice que eso sería desfondar el Fondo de Garantía. Pese a todo, es probable que se llegue a un buen acuerdo conjunto para evitar el ruido hacia afuera, pero el tema es que Chubut, que para algunas cosas va al trote y no ´paso a paso´, ya renegoció sola, firmándole al organismo tasas de hasta el 95%. Sí, como lo escucha.
Un numerito más de todos los que no se blanquea en tiempo y forma, y que la Legislatura deberá evitar seguir avalando sencillamente de acuerdo al lugar que decida ocupar en la historia del anunciado vuelco de esta calesita, si se continúa acelerando las vueltas de rosca.

La tendencia dice cosas

La pregunta que todos se hacen y que lanzó en voz alta Infobae esta semana es si “¿Les dará la Nación a las provincias el mismo aire que les pedirá a los acreedores privados y al FMI, prorrogando el pago de capital, como conversaron representantes del oficialismo y la oposición cuando acordaron respaldar por unanimidad el proyecto enviado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, para restaurar la “sostenibilidad” de la deuda pública?”
Dicen que aquella vez, en una reunión en la que participaron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el presidente del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, se acordó formar una “Comisión” para tratar la deuda de las provincias con la Nación. Es increíble que a sabiendas que en breve se podría dar una nueva renegociación conjunta como la que se espera que suceda, Arcioni ni fuera advertido por Massa que convenía esperar un poquito. Tal vez porque políticamente se necesitaba el gesto de algunas provincias para ver si se convencía a las otras, y en eso, más que la conveniencia de Chubut, Massa por supuesto habría privilegiado su acrecentada influencia. En fin, todos supuestos, pero dudas que surgen de una evidente negociación extremadamente onerosa para la provincia.

La historia fina

La Anses es uno de los principales acreedores en virtud de un préstamo acordado en 2016 a todas las provincias, excepto Santa Fe, San Luis y Córdoba, que habían obtenido un fallo a su favor de la Corte Suprema de Justicia. El objetivo era equiparar a las restantes por las detracciones a la Coparticipación que el gobierno nacional había seguido haciendo a todos los distritos para financiar el sistema previsional, incluso después de 2008, cuando reestatizó por completo el sistema y cesó el fundamento por el que se había iniciado aquella detracción.
Urgido por la Corte, el Gobierno de Macri restituyó el 15% a las tres provincias que habían ganado el juicio y se comprometió a restituirlo a las demás, a razón de 3% cada año. Esa devolución se completa, precisamente, este año. Además, a través de la Anses, la Nación prestó dinero a las provincias a un plazo de 4 años, durante los cuales pagaron intereses de entre el 14 y el 12%. La devolución del capital recae este año. Pero el tema involucra a demasiados distritos y eso es tan malo como bueno, porque la puja en solitario como se sabe, siempre es desventajosa.

Quien tira la ´primera piedra´

Además, en este momento y circunstancias, y pese a la inicial resistencia de Nación a refinanciar a las provincias en Ases, nadie puede ´escupir para arriba´. De acuerdo por ejemplo al tabloide que miente, miente, pero algo queda, “La ANSeS, el Banco Central, los bancos oficiales y otros organismos públicos están inundados de papeles de deuda del Estado Nacional, las Provincias y entes públicos. El BCRA y el organismo previsional son los que en mayor medida le prestaron y refinanciaron al Tesoro Nacional durante la gestión de Cristina e incluso antes que se fueran cerrando los mercados de crédito privados durante el Gobierno de Macri. Y a tal punto que se estima que el total de la deuda ´intra sector público´ representa el 37,5% de los U$S 320.000 millones de deuda pública total, equivalente al 34,3% del PBI, de acuerdo al Ministerio de Economía a septiembre de 2019”. O sea, el del endeudamiento es un sendero corto, y como decía Séneca, “No hay camino que no tenga fin, incluso para los fugitivos”

*Soy Juana de Arco,…y ceniza de tantos

ÚLTIMAS NOTICIAS