MILLONES DE MUJERES MARCHARÁN Y REALIZARÁN PARO INTERNACIONAL EN EL MUNDO DOMINGO Y LUNES, EN EL MARCO DE LA CELEBRACIÓN DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER. LA LUCHA CRIOLLA POR UNA ARGENTINA “INA”, Y LA ADEUDADA PERSPECTIVAS DE GENERO EN CHUBUT QUE PODRÍA TERMINAR CON TANTO YERRO

“El nueve ninguna se mueve”

No esperen a Trivia, ni a Juana ni a Marisa, porque el 8 y el 9 “Ninguna se mueve”. Se trata de la huelga que mostrará cómo puede ser un mundo sin ellas y ellxs que se producirá el lunes 9 de marzo, el primer día laborable luego del Día Internacional de la Mujer que se conmemora este domingo.
En Chubut, como en tantas otras localidades del país y del mundo, hasta ahora para ´agasajar´ un día (sobre 364 como dice Cristina) a la mujer, o se enumeran derechos no adquiridos, o se desgarran las vestiduras todos en línea por las muertes inentendibles y en su mayoría impunes, o se destacan las impecables cualidades que podemos tener en profesiones impensadas siempre desde una muy machista perspectiva.
Por eso esta vez las féminas de todo el planeta, agradecen todo esto, pero van por más. Definitivamente al paro para dejar de estar masivamente y por voluntad, en una muestra de fortaleza y unión rebautizada por varias agrupaciones argentinas como “Paro Internacional Feminista”.
Esta nueva huelga será el próximo lunes y presenta adhesión planetaria, para visibilizar las alarmantes problemáticas vinculadas a la violencia de género en todo el mundo, y sobre todo a la violencia implícita ante la asimetría de derechos y obligaciones, contra las irremplazables generadoras de vida, futuro y esperanza.

El mejor ´invento´ argentino

La historia de esta valiosísima acción mundial se remonta a 2016, cuando un colectivo de mujeres argentinas decidió marchar, tras imitar los pasos de las islandesas -primeras en convocar a un paro nacional en 1975-, mujeres polacas dispusieron el cese de sus tareas el 3 de octubre de 2016 para enfrentarse al proyecto de ley que buscaba la penalización del aborto.
La medida de fuerza fue banalizada por los gobernantes del país europeo, pero esa misma semana el parlamento rechazó la norma. Bajo el nombre “Lunes negro”, la jornada generó una amplia repercusión mundial y se replicó en Argentina días más tarde, tras registrarse siete femicidios –entre ellos el de Lucía Pérez en la ciudad bonaerense de Mar del Plata- que aún permanece impune, y una brutal represión durante el Encuentro Nacional de Mujeres de Rosario.

La mejor globalización

En aquella oportunidad, relatan las memoriosas, “Se lanzó una convocatoria en las redes sociales y las organizaciones de mujeres y feministas, entre ellas el colectivo Ni Una Menos, se sumaron a organizar un paro de una hora y movilizaciones masivas. Esta marcha se replicó en América Latina y el Caribe”, describen desde el Paro Internacional de Mujeres (PIM), movimiento de base a cargo de la convocatoria, que reúne a más de medio centenar de países de todo el mundo.
El 24 de octubre del mismo año, las polacas volvieron a parar e hicieron un llamamiento a movimientos feministas de Corea del Sur, Rusia y Argentina. Fue a partir de este contacto que se creó un grupo bilingüe (español-inglés) de Facebook al que se sumaron Irlanda, Israel e Italia.

Más de la mitad del mundo, más una

“Nosotras, las mujeres del mundo, anunciamos que si no se toman urgente e inmediatamente las eficaces medidas para detener esta violencia, vamos a hacer un paro, solidarias y unidas, en todo el planeta, para defender nuestros derechos humanos. Constituimos más de la mitad de la población del mundo y sabemos que el poder está en nuestras manos”, manifestaron.
Más tarde, por medio de conversaciones entre representantes de distintos espacios, se estipuló la primera acción solidaria el 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia de Género, y se eligió el 8 de marzo para el día del paro a nivel general.

Por todo lo que falta conseguir

En Argentina, algunas de las consignas que busca visibilizar la huelga son “Basta de femicidios y travesticidios”, “Basta de precarización laboral”, “Aborto Legal Seguro y gratuito”, “Implementación de la Ley de Educación Sexual Integral” y “Separación Iglesia-Estado”. También “No a la trata”, “Basta de persecución a migrantes”, “Socialización de tareas domésticas y de cuidado”, “A igual trabajo, igual salario”, “Mayores licencias laborales por maternidad y paternidad, y por violencia de género” y cuestiones afines, vinculadas al entramado de desigualdad que prima sobre las relaciones entre hombres, mujeres y disidencias sexuales.

La violencia no afloja

La cuarta acción de este tipo en el país llega con datos alarmantes difundidos por el Observatorio de las Violencias de Género recogidos entre el 1 de enero y el 29 de febrero de 2020: una mujer es víctima de femicidio cada 23 horas en el territorio nacional. Entre los puntos destacados, el estudio remarca que el 66% de los casos registrados fueron cometidos por las parejas o ex parejas de las víctimas y que 88 niños perdieron a sus madres en el marco de estos episodios. En Chubut hubo más de 5 mil denuncias por violencia de género en 2018, y en 2019 según datos de MuMalá ((Mujeres de la Matria Latinoamericana), en el país “se produjeron un total de 132 femicidios entre el primero de enero y el 30 de junio de 2019. Siendo Chubut la provincia con la tasa más alta de femicidios del país con 1,97%, seguida por Chaco (1,65), Catamarca (1,45), Formosa (1,3) y La Pampa (1,2). Se trata del porcentaje de crímenes cada 100 mil mujeres, mujeres trans y travestis”.

Menos ganancias, menos valoración

Las estadísticas muestran además que en la Argentina, las mujeres ganan, en promedio, un 27% menos que los varones. Son las más afectadas por la desocupación: la tasa para ellas es del 10,2%, mientras que para los varones es del 8,5 por ciento. Entre las más jóvenes, en varias provincias el desempleo supera el 20 por ciento. Las mujeres realizan, además, el 76% del trabajo doméstico no remunerado. Respecto del remunerado, más de un tercio de ellas tiene trabajos no registrados. Y son mujeres siete de cada diez de las personas más pobres del país. Una de las preguntas más frecuentes que surgen cuando se conoce alguno de estos indicadores tan negativos apunta a la razón detrás de la desigualdad. La respuesta es contundente y tiene su base por las relaciones de género.

Una perspectiva necesaria a globalizar

Según un reciente informe de Unicef, la mitad de los y las adolescentes de la Argentina no termina la escuela secundaria. Las razones de esta deserción varían: en general, ellos lo hacen para empezar a trabajar; ellas, debido a un embarazo. Esto no sólo revela una deficiencia en las políticas de salud pública y educación, que no encaran responsablemente la problemática del embarazo adolescente, sino que también tiene incidencia en la desigualdad. El cuidado de los hijos es otro factor que termina siendo causal de discriminación. El 67% de los mal llamados Ni-Ni (ni trabajan ni estudian) son jóvenes madres. Además, el tiempo que las mujeres poseen de licencia por maternidad, suele ser motivo de preferencias laborales masculinas.
Y son la legislación y las actuales políticas públicas que reproducen estas asimetrías. Una licencia por paternidad de solo dos días excluye a los varones de toda responsabilidad, al tiempo que refuerza el rol de la mujer como la exclusiva encargada de esa tarea. Si no hay guarderías gratuitas o accesibles, el cuidado no sólo queda a cargo de la madre y/o de la familia lo que deja a la mujer fuertemente condicionada en el mercado laboral.
Como si fuera poco, los varones no solamente ganan más dinero, también son mayoría en el sector más rico de la población. En contraste, las mujeres constituyen la mayor parte de la mitad de la población con menores ingresos. En los puestos no calificados, la brecha salarial es más profunda: ellas ganan apenas un 64,6% de lo que se les paga a los varones por tareas equivalentes. Pero también en el calificado la injerencia de mujeres en puestos directivos llega apenas al 9,4%, según un informe de la Comisión Nacional de Valores. Las mujeres (casi) no dirigen cámaras empresariales o ministerios y están prácticamente ausentes en las cúpulas de los sindicatos, y ni hablar en la estructura pública y las funciones políticas, donde se debe apelar en algunos casos a un ´cupo acompañante´ siempre consensuado y acomodado a conveniencia la mayoría de las veces por hombres. Chubut, pese a la ´gran amplitud´ invocada por la clase dirigente y a la alta estima demostrada por la farándula, el glamour y las féminas, la gestión de Mariano Arcioni consideró por ejemplo a una sola mujer con condiciones para ocupar sus tan machistas como devaluados ministerios. Fue casi como una ´excepción a la regla´, y recayó sobre “la 10”, que por si fuera poco terminó ´bendecida´ con un exceso de áreas a su cargo, tal vez agasajándola con todo ese merecido pero hasta exagerado título por lo abarcativo de “ministra de Desarrollo Social, Mujer, Familia y Juventud del Chubut”. En fin, un detalle de excepcionalidad que se agradece, pero que también da cuenta de la recurrente falta de perspectiva de género en el diseño y evaluación de políticas públicas, que es tal vez el gran y primer paso de todos los que debería dar nuestra bendita provincia –nunca en su historia gobernada ni vicegobernada por una mujer-, para terminar con tanto yerro. Por todo esto, “El nueve ninguna se mueve”.

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