CREER O REVENTAR

La astronomía en tiempos de pandemia

Aunque los observatorios astronómicos intentan desesperadamente mantener las observaciones, la prioridad es preservar la salud del personal y la seguridad de las instalaciones de alta tecnología. Poco a poco, los mayores observatorios del mundo van cerrando, pero los telescopios robóticos prosiguen su actividad.

Cierre bajo los cielos chilenos

El fabuloso conjunto de radiotelescopios ALMA, del que tan a menudo hemos hablado en estas Crónicas del Cosmos, ha dejado de mirar al maravilloso cielo de Atacama el pasado jueves 19 de marzo. Hay que proteger al personal que trabaja en el observatorio, personal que habitualmente viaja grandes distancias, por avión o por autobús, desde las ciudades chilenas en las que reside hasta el remoto emplazamiento de Chajnantor, a 5.000 metros de altitud en pleno desierto. Un poco más al sur, en cerro Paranal, también sobre los Andes chilenos, el conjunto de cuatro telescopios ópticos VLT, otra de las instalaciones astronómicas de las más grandes del mundo pertenecientes a la institución ESO, la última noche de observaciones astronómicas ha sido la del 23 al 24 de marzo. En el otro observatorio de ESO, La Silla, las observaciones pararon la noche anterior. Cerca de Paranal, sobre el cerro de Armazones, ESO también se ha visto obligada a parar los trabajos de construcción del telescopio más grande del mundo, el ELT (Extremely Large Telescope).

Parate de dos semanas

El pasado día 17, el observatorio estadounidense de Las Campanas (también en los Andes, a 27 kilómetros de La Silla), que alberga los dos telescopios gemelos Magallanes y donde se está construyendo el GMT (Giant Magellan Telescope) anunció la parada de las observaciones durante al menos dos semanas. La situación es similar en Cerro Tololo y en el cercano Cerro Pachón, donde se encuentra el gran telescopio GEMINI-Sur y donde se construye el Telescopio Vera Rubin (antes LSST).
Operaciones restringidas

La pandemia también ha llegado a Hawái, donde se encuentra el potente Observatorio de Mauna Kea, con los grandes gemelos Keck, el GEMINI-Norte y el Telescopio Canadá-Francia-Hawái (CFHT). Los telescopios han pasado aquí a un modo de operaciones restringidas, en el que tan solo se permite el uso de algunos instrumentos y se favorece el control remoto de las instalaciones.

Parón en España

En Canarias se encuentra el mayor telescopio óptico del mundo, el GTC (Gran Telescopio Canarias), concretamente sobre el Roque de los Muchachos en la isla de La Palma. En éste y algún otro telescopio del observatorio, se ha decidido operar con un número reducido de instrumentos y trabajar en modo remoto en la medida de lo posible. No se permite a los astrónomos que acudan a los telescopios a realizar las observaciones, pero se intenta mantener la actividad mediante operación a distancia. La batería de casi una docena de telescopios robóticos, acostumbrados a este tipo de funcionamiento, sigue operando con normalidad. El Telescopio Isaac Newton (INT), dotado con un espejo de 2,5 metros ha parado su actividad. Se da la circunstancia de que el Telescopio William Herschel (WHT), con su espejo de 4,2 metros, ya estaba parado por labores de mantenimiento técnico. En el Observatorio del Teide, en Tenerife, casi todos los telescopios son robóticos y están funcionando. Pero si hubiese averías, su reparación sería muy difícil.

El virus en los proyectos espaciales

La pandemia también ha tenido su influencia en los proyectos espaciales. Tras unos casos de coronavirus en su Centro de Investigación Ames, en California, NASA mandó a casa a sus trabajadores el pasado 8 de marzo. Al menos tres misiones espaciales relacionadas con las ciencias de la Tierra han sido aplazadas sine die. El pasado 12 de marzo también se anunció que la misión ExoMars, que está siendo desarrollada por la Agencia Espacial Europea (ESA), junto a la rusa Roscosmos, retrasará su viaje un par de años, hasta 2022. ExoMars tiene entre sus objetivos el emplazamiento en el planeta rojo de un vehículo todoterreno bautizado con el nombre de la insigne científica británica Rosalind Franklin. La ESA, además, ha reducido al máximo el trabajo presencial en su centro de Darmstadt (Alemania), lo que ha obligado a suspender el funcionamiento de los instrumentos en cuatro misiones espaciales.

El viaje a la luna, detenido

Las preparaciones de las observaciones con el telescopio espacial JWST, el sucesor del Hubble en el que colaboran NASA y ESA, también se retrasan. Aunque su lanzamiento se mantiene para el 30 de marzo de 2021, la fecha límite para enviar propuestas de observación acaba de ser desplazada del 1 de mayo hasta, como pronto, el 27 de mayo de 2020. El programa de la agencia estadounidense para volver a enviar astronautas a la Luna también se encuentra detenido a causa de la pandemia.

Fuente: El Mundo

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