EL DISCURSO EN IDIOMA ESTRUCTURANTE REDUCCIONISTA Y LO QUE SE ENTIENDE DE LO NO DICHO. BUENOS DESEOS Y BUENA VOLUNTAD, PRINCIPALES EJES DE LOS ENUNCIADOS PROSPECTIVOS. LO TEXTUAL, LO GESTUAL Y LO ESPACIAL DEL ACTO EN LA LEGISLATURA

Que dijo Arcioni

Por Trivia Demir

El gobernador Mariano Arcioni abrió ayer las 47° sesiones ordinarias de la Legislatura de Chubut con una soflama no muy extensa, prolija, enunciativa y monocorde. Quienes fueron a buscar definiciones es probable que se llevaran una decepción importante, porque con excepción de algún dato nuevo, el resto se remitió a la rigurosa proyección de lo que se desea de una gestión que lleva recién menos de noventa días. Para que se entienda en chubutano básico, es como preguntarle a un niño, que quiere ser cuando sea grande.
Además, este tipo de arengas -de acuerdo a la mirada experta de viejos referentes- tienen en general de receptores, en un 70 por ciento, al entramado de poder llamado establishment que por algo concurre al recinto, en un 20 por ciento a la ciudadanía que mira por TV (poca en este caso, porque Canal 7 estaba en retención de servicios), y en un 10 por ciento el emisor es sí mismo, o sea que se dice lo que pretende que pase (o le pase).
Por eso, profundizar en el contenido de buenos deseos sería como discutir el sexo de los ángeles. Y por eso también, el contenido del discurso de ayer se puede decir que es ´lo de menos´. Lo importante hay que buscarlo en lo expresado detrás, al costado y encima de las palabras. Y es allí donde el mandatario dijo mucho más cosas.

La intentona

Desde el vamos, como señala un analista nacional hablando de la construcción de Todos en el macrocosmos criollo, todos los discursos son huecos cuando se trata de gobiernos sin mandatos, nacidos del internismo aliancista y no de la vida partidaria genuina. Y como en Chubut, hay vida partidaria apenas unos meses antes de alguna elección, el hueco se siente sobremanera. Los candidatos salen de un dedo, y eso amplía cada vez más considerablemente los márgenes de error. Además, y sobre todo, la supresión de vida partidaria conlleva a que no se discutan programas de gobierno ni propuestas de acción sobre temas concretos. Por eso no hay que sorprenderse que el discurso de ayer estuviera esculpido con enunciados sobre generalidades intangibles. Una buena manera también de lograr empatía. Porque, ¿quién no podría estar de acuerdo con los buenos deseos?
Este es el nuevo idioma de un poder estructurante desde una posición reduccionista, pero real. Porque desde los griegos a esta parte, hace rato que la democracia no se construye desde abajo hacia arriba. Por lo tanto, cada gobierno implementa su manda como se le da la gana, y van haciendo lo que pueden.
Eso fue centralmente lo que ayer planteó Arcioni con su “paso a paso”: ir haciendo lo que se puede. Un concepto que define una ´vara´ probabilística inmedible e incuestionable. Pero también una vara peligrosa en términos de gobernanza, porque la voluntad mandataria no alcanza para dar previsibilidad a la expectativa de los mandados. En épocas de crisis sociales, los individuos sienten que se desorganizan y devienen, en términos de Kornhauser en “masa disponible”; la masa permite, entonces, que alguien advenga para que la organice.

El poder y el significante

En los discursos políticos y estudios psicosociales así como en el uso de la vida cotidiana, la significación de poder subyace en “la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad”, decía el sociólogo Max Weber. Guste o no, el poder es una relación social donde se verifica una imposición -que es volitiva- de uno sobre otro(s). Máxime si la falta de consensos deja en evidencia la falta de una construcción participativa, como en este caso. De allí que tratar de ingresar los deseos de todos en las perspectivas de Arcioni, fuera una manera recurrente de atemperar ese unilateral vínculo, porque de él también parten las responsabilidades individuales.

La geografía protocolar

El posicionamiento de Arcioni como estructurador de nuevos vínculos se evidenció también en la disposición de los presentes en el remozado recinto, que por cierto supervivió al fuego de los descontentos, pero guarda la mácula de la resignación pasiva a la que se debieron someter los poderes del estado ante la furia social. Eso, más allá de la pintura y de la ventilada, está en el aire, y se podría decir que mucha de la raleada presencia en el recinto tuvo que ver con los que no asistieron por solidaridad para los que miran detrás de las vallas, y otro tanto con los que temieron que tras el acto, la realidad los esperara a todos con bombos, platillos y algún que otro enfrentamiento doloroso. Porque de hecho se pudo realizar la ceremonia porque cobraron los legislativos, sin embargo no así el resto de los empleados estatales escalonados. Un mecanismo poco sano que resolvió situación, pero abonando de hecho más disconformidades y asimetrías.
La disposición de los presentes mostró así en gran parte la construcción física de las líneas del poder que prioriza Arcioni. Sencillamente porque como dicen los académicos, ´el ceremonial no crea jerarquías, pero sí las reconoce´.
El abc del protocolo se establece considerando la ´naturaleza del acto´, en este caso la apertura de labor legislativa. En ese marco, el protagonismo de los legisladores estuvo bastante bien disimulado, en el rincón tradicional, pero bastante más acotado, al ´fondo a la derecha´. La segunda norma de manual es que se ubica a las ´procedencias de cortesía´. Se puede decir que en este sentido, el empresariado ocupó el centro de la escena, mucho más cercano al gobernador que el propio gabinete que cubrió la centralidad pero desde la retaguardia, ´cerrando filas´ detrás del poder económico. A un costado, muy escueto y evidenciando la lateralidad que se le impone a uno de los tres poderes del Estado provincial, (sin entrar en valoraciones sobre la consideración de la legalidad) se ubicó el pleno del Poder Judicial.
Finalmente el tercer ingrediente de todo armado es la ´razón de jurisdicción´, y allí quedó expresamente en evidencia que otra vez es el turno de protagonismo de Comodoro Rivadavia, y para ello el ceremonial dispuso en todas las primeras filas referentes de la ciudad-estado sin miramientos ni culpas. Del mismo modo que colmó las bandas de propios y aseguró la presencia sindical mayoritariamente petrolera en los ingresos.
Esto, que parece un dato menor de ubicación, es en realidad el mensaje geográfico y material que marcará gran parte de la construcción de sus decisiones y de sus lógicas. Porque el espacio, como los cuerpos, son las fichas de un rompecabezas que está en armado. Y que no es bueno ni malo, es lo que es. Pero tendrá indefectiblemente implicancias políticas si no se mira el universo ordenador con mayor amplitud. Porque siempre que hay alguien adentro queda alguien afuera, y el que está arriba difícilmente quiera ir abajo, pero el de abajo intentará subir.

El escritor y las ideas

Yendo propiamente a los dichos, que no necesariamente son hechos, como alguna vez definió el medidor de trechos, la mayor definición política del gobernador apareció recién en la página 5. Allí después de surfear la conflictividad en la cúpula gobernante por criterios antagónicos sintetizado en ´egoísmos´, Arcioni dijo “Estoy más fuerte que nunca para gobernar esta provincia, con todos y cada uno de ustedes”. “El camino se va allanando, y estoy seguro que estaremos mejor. Quedan cuatro años por delante, y por supuesto un futuro mucho más a largo plazo que estoy convencido que nos encontrará aún más orgullosos de ser chubutenses”.
De acuerdo a esta organización estructural del enunciado donde el contexto se fusiona con las formas de manifestación del lenguaje, se podría decir que todas esas afirmaciones son respuestas que escribió un ideólogo de momento sobre presuntos cuestionamientos a los que supuso que era necesario responder tales como: ´¿hay dudas que el Gobernador está fortalecido o debilitado políticamente? ¿Y puede o no gobernar esta provincia? ¿Está plagado de obstáculos el camino? ¿Si recién comienza el mandato y las cosas están así, que hay entonces por delante? ¿Hoy los chubutenses se lamentan de serlo por ser noticia ´catastrofe´ nacional y por la lamentable realidad provincial?´. Esto sencillamente porque el discurso se presentó como un sistema de evaluación social cuya unidad de análisis fue el enunciado, espacio discursivo que permite habitualmente la construcción de un ‘terreno común’.
Se sabe que el género discursivo está fusionado con una práctica social humana relacionada con un contrato social. Una intentona que en este caso, como propuesta casi pedagógica resultó asimétrico, apelando siempre a la ´buena fe´. Un recurso válido si se quiere en busca de convencimientos, pero ineficaz en término de credibilidad.
De hecho, de las 49 páginas del discurso, se puede decir que 40 fueron ocupadas para reconocer la acuciante situación política, económica, financiera y social en la que se encuentra Chubut. O hacer un repaso de potencialidades ya conocidas. Abundando en complicaciones y escaseando en perspectivas de soluciones.

El “efecto tercera persona”

En varios de los pasajes discursivos Arcioni se refirió a sí mismo como “este Gobernador”. Este despegue de sí mismo no es exclusivo. Otros mandatarios utilizan el ´afuera de sí´, pero pocos tal vez entienden porque usan este recurso que, a la platea no pocas veces le genera la rara sensación de un ´amigo invisible´ que no logran ver. Según el psiquiatra Rodolfo Kepfer una persona hace uso de esos recursos para ubicarse en la personalidad de alguien más. Lo llaman «disociación intencional», y dicen que el objetivo es no comprometerse con lo que dice. En lugar de aceptar una media verdad la aleja de él mismo. En el campo de la semiótica, la ciencia que estudia las propiedades de los signos, tiene un significado parecido al psicológico. Según Luis Pedro Villagrán Ruiz, la persona está designándose cualidades, virtudes o defectos en las que no cree. Para otros estudiosos no es tan dramático el tema. El simple hecho de hablar alguien consigo mismo en tercera persona en los momentos de estrés, dicen que puede ayudar a controlar mejor las emociones, según un estudio de la Universidad Estatal de Michigan y publicado en ‘Scientific Reports’.
“No habrá mayor compromiso que de este gobernador…(…)» Pag. 45. En fin. Esto que emerge tal vez como dato desde el discurso de ayer, deja la tarea de identificación rápida sobre el/los personaje que hablaron centralmente, donde a simple vista surgen el autor del discurso, quien lo leyó y quien lo implementará gobernando. Quien pueda unificar este acertijo dialéctico probablemente logre ser escuchado y se entienda con la trinidad que congregó ayer ese acto de fe. Todo lo demás son meras palabras. Habrá que ver…

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