LA PSIQUIATRA HABLÓ DEL ESTADO MENTAL ANTE EL AISLAMIENTO

Vanina Botta explica cómo aprovechar al máximo el “cerebro en cuarentena”

En días en los que el aislamiento social obligatorio puede arrojar sensaciones de confinamiento y ansiedad, la psiquiatra e integrante del Cuerpo Médico Forense (jurisdicción Puerto Madryn), Vanina Botta, explicó el funcionamiento de algunos mecanismos cerebrales que, conjugados con una serie de actividades que pueden realizarse dentro del hogar -desde las más sencillas hasta algunas más complejas- pueden mejorar el humor y ayudar a atravesar la cuarentena de la mejor manera posible. Al respecto, Botta se reconoció como “una fanática del cerebro” y precisó que “es el órgano mas complejo y apasionante, con un peso de 1.200 gramos y cien mil millones de neuronas; es decir, un órgano social”.
En esta línea, explicó que “la capacidad de poder vivir en sociedades complejas fue clave evolutivamente para tener el cerebro que hoy tenemos; cuando tenemos hambre, por ejemplo, se ponen en juego mecanismos cerebrales que nos impulsan a buscar comida, ya que la función principal del cerebro es la supervivencia”.
“Incluso”, continuó, “cuando estamos solos o solas, aislados, el cerebro también entra en autopreservación y se ponen en marcha algunos mecanismos neuroquímicos”.

Vínculos irremplazables

Consecuentemente, Botta señaló que “estar conectados y conectadas con vínculos humanos es tan necesario como beber o comer para nuestra cerebro”, calificando al vínculo humano como algo “irremplazable”.
Sobre esta cuestión, reconoció que “hoy hay datos concretos que muestran que el aislamiento social crónico y la soledad generan problemáticas en la salud y que este factor puede determinar un aumento de la mortalidad”.
También, la psiquiatra ponderó la importancia “no solo el vínculo profundo, sino también los vínculos superficiales y cotidianos”.

Estar de buen humor

“En este período de aislamiento social y cuarentena y sabiendo este aspecto de nuestro cerebro, es importante conocer algunos mecanismos cerebrales q podrían ayudarnos un poquito”, puntualizó Botta, explicando que “el cerebro se comunica todo el tiempo, entre sus diferentes áreas y con el resto del cuerpo y lo hace a través de mensajeros llamados neurotransmisores; existen algunos que hoy se tornan muy importantes, por ejemplo, la dopamina, es la encargada de la motivación, está involucrada en el circuito de placer y recompensa, se aumenta teniendo un objetivo y celebrando su ejecución”.
En la misma línea, “la serotonina es la relacionada con el buen humor, con la sensación de bienestar; nos ayuda a memorizar todo fácilmente y la podemos aumentar buscando recuerdos felices y agradables, mirando fotos y videos viejos”.

Analgésicos naturales

En tercer orden, la oxitocina aumenta el sentimiento de amor y de confianza, se activa con abrazos, tocando a otras personas o a las mascotas; se activa siendo solidarios, dando y recibiendo regalos”.
Seguidamente, “la melatonina la libera la glándula pineal, y es la que nos marca el ritmo biológico, nos hace saber que hora del día es, nos ayuda a dormir, se libera a la noche al disminuir la luz, y por esta razón siempre se sugiere no usar pantallas luminosas que hagan disminuir la secreción de esta hormona”.
“Las endorfinas”, continuó, “se conocen como analgésicos naturales, disminuyen la intensidad del dolor”, mientras que “la glándula hipófisis o pituitaria libera endorfinas que aumentan la sensación de bienestar y bloquean un poco el dolor, el ejercicio físico libera estas hormonas”.

El ejercicio físico, importante

En este sentido, remarcó Botta que “aunque una persona no sea deportista, en estos días sería importante hacer algo de ejercicio físico”, sumando a ello que “otra cuestión que puede darnos sensación de bienestar es tener un proposito, aunque sea algo mínimo y no trascendental, así como también conectarnos con el presente, ya que nuestro cerebro es el único que puede revisar escenarios pasados y anticipar escenarios futuros”.

“Pensar en la gente nos hace bien”

Un cerebro “atento y enfocado en el presente”, expresó, “es un cerebro más feliz y más productivo, y evita que entremos en el circuito de la ansiedad; cuando hacemos algo que nos gusta mucho y encontramos un estado de plenitud, el cerebro libera miles de neurotransmisores que nos generan y hace que experimentemos sensaciones agradables”.
“El altruismo”, concluyó, “tanto con lo que vemos como con lo que no vemos, activa el sistema de recompensa con la generación de dopamina y también nos hará sentir bien; en definitiva, pensar en la gente nos hace bien”.

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