La caída del consumo en medio de la pandemia

MADRYN – La pandemia y el devenir de la cuarentena en todo el territorio nacional generó una retracción pocas veces vista en todos los circuitos económicos. En la ciudad de Puerto Madryn, basta con recorrer unas pocas cuadras para advertir cómo la caída del consumo se tradujo en nada menos que persianas bajas y carteles indicando el cierre por tiempo indefinido de buena cantidad de locales: algunos de ellos supieron ser la cara visible del comercio madrynense, y hoy bregan por mantenerse a flote en un “nuevo mundo”, acaso temporal, en el que el concepto de competencia fue reemplazado por el de supervivencia.
En este contexto, El Diario dialogó con el propietario del Bazar de la Ciudad, un emblemático comercio que funciona a través de sus dos locales ubicados en la avenida Hipólito Yrigoyen y sobre la calle 9 de Julio.
Matías Rojas, quien además es actor dentro del circuito artístico de la ciudad, destacó que desde el inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por el Gobierno Nacional, el comercio mantuvo sus puertas abiertas por comercializar productos para la higiene y el aseo del hogar; no obstante, reconoció la caída general en el consumo y cómo ello provocó un impacto certero en la actividad a la que se dedica: “Con lo que se vende hemos podido pagar sueldos y no debimos reducir personal ni horas de trabajo. Pero también debemos hacer frente a las obligaciones de cualquier empleador y comercio, y hoy esa ayuda que ha servido para muchos rubros, al nuestro no ha llegado”, expresó.

Diario: – En términos económicos, ¿la pandemia afectó la actividad de su comercio desde el inicio, o comenzó a percibirse la merma en el consumo los días siguientes?
Matías Rojas: En particular, nuestro rubro es uno de los que estuvo exceptuado. No el bazar en sí mismo, sino la venta de artículos de limpieza y de aseo personal. Por ese motivo, nosotros nunca cerramos, mantuvimos el negocio abierto aunque tuvimos que modificar los horarios para adecuarnos a la normativa provincial. Por supuesto que las ventas bajaron muchísimo, de a poco fuimos viendo cómo, progresivamente, había mucho menos dinero en la calle. Si bien los primeros días en los que comenzó la pandemia la gente compraba mucha lavandina, alcohol en gel, papel higiénico y elementos para asear la casa, poco a poco se fueron quedando sin dinero y muchas personas hoy no están trabajando, o bien lo están haciendo en menor medida.

D: – ¿Han podido afrontar el pago de salarios?

MR: Si bien nosotros no cerramos desde el inicio de la cuarentena, algo positivo en principio, con lo que se vende podemos pagar los sueldos, sin mencionar que los costos fijos de nuestros dos locales son altísimos. Consecuentemente, con lo que se vende pudimos mantener las fuentes de trabajo en nuestro caso particular, no tuvimos que reducir personal, carga horaria o sueldos. En el caso de un familiar, que trabaja en un bar, se le redujo el sueldo en un 40 por ciento. Y también esto uno lo ve en cuentapropistas y en quienes viven el día a día; en el rubro gastronómico y de turismo, donde hay dinero que dejó de estar en la calle ya que las personas compran lo básico y esencial. Sin embargo, las deudas se van incrementando ya que al reducirse el ingreso de dinero, uno tiene que optar por pagar los sueldos, sin que la plata alcance para todo. Si bien hubo muchas ayudas para paliar la situación en algunos sectores, al nuestro eso no nos llegó, y los comercios que sí pudimos abrir tenemos que hacer frente a todas las obligaciones como si no hubiera pandemia.

D: – ¿Realizan envíos a domicilio o están analizando la modalidad de ‘delivery’?
MR: Como estuvimos abiertos desde el principio, al hacer ya envíos a domicilio regularmente, no se vio incrementado este tipo de pedido a las casas. La gente aprovecha a salir para comprar.

D: – ¿Qué percepción ha tenido luego de dialogar con otros comerciantes de la ciudad?
MR: Conversando con clientes que tienen restaurantes, uno de ellos, que es la encargada de un reconocido lugar, me comentaba que al principio tenían abierto para trabajar con delivery, algo permitido para este tipo de locales. Pero lo que sucedía es que la gente no pedía, vendían muy poco porque, al estar dentro de su casa, los ciudadanos cocinan comida casera. Incluso, al haber menos plata en la calle se consume menos. Por eso, muchos de los rubros que se habilitaron por estos días, como por ejemplo zapaterías y marroquinerías, en la zona del centro no se ven. Los locales de ropa no están trabajando, porque por más de que lo hagan con la modalidad de ‘delivery’, es una cuestión de costumbre, la gente no está acostumbrada a comprar ropa, zapatos, carteras o indumentaria con un ‘delivery’, con venta online o telefónica.

D: – ¿Qué reflexión le genera toda esta situación, en lo personal?
MR: Lo bueno, si es que se puede sacar algo bueno de todo esto, fue el darnos cuenta de lo que tenemos como país. Primero, un pueblo solidario, en el sentido amplio de la solidaridad, no solo el ‘ser solidario’ en el sentido de donar algo que no nos sirve en casa. Segundo, la revalorización del Estado como tal: salud pública, comunidad científica, el tener una aerolínea de bandera, cosas que hasta no hace mucho tiempo todos decían que eran gastos y ‘había que achicar’. Y tercero, aprendimos que podemos vivir con mucho menos, que no necesitamos el último modelo de zapatillas, ni la cafetera italiana de color pastel que está de moda, ni cambiar el auto cada dos años, ni nada de eso: aprendimos que lo importante es tenernos, cerca o lejos, pero tenernos.

D: – En relación a su actividad como actor dentro del circuito teatral de la ciudad, ¿cómo ha impactado esta nueva “normalidad”?
MR: Está complicado. Las actividades de esparcimiento serán las últimas en volver a la normalidad. Por el momento estamos leyendo y buscando material, mirando teatro en las diferentes plataformas disponibles, que por cierto están muy buenas y algunas no sabía que existían antes de todo esto. Pero, por supuesto, volveremos con muchas ganas, muchas energías y proyectos nuevos. Este año, en lo particular, tenía dos o tres proyectos en puerta, dos como actor y uno como director: ahora todo eso está en ‘stand by’, pero de a poco o de a mucho, la rueda comenzará a girar nuevamente.

ÚLTIMAS NOTICIAS