ALERTA DEL SINDICATO DE FARMACÉUTICOS Y BIOQUÍMICOS

Preocupa el crecimiento del consumo de psicofármacos debido a la cuarentena

Si bien las medidas de restricción de contacto social y la cuarentena son, al día de hoy y según la mayoría de los especialistas, las herramientas más eficaces para paliar las consecuencias de la pandemia del coronavirus en todo el mundo, el encierro y la falta de sociabilidad en un tiempo prolongado puede generar consecuencias tales como fobias, ataques de pánico y depresión. De hecho, en estos días, en Argentina, alertaron por el aumento exponencial del consumo de antidepresivos y ansiolíticos.
“En los últimos 7 días se disparó fuerte el consumo de psicofármacos. Sobre todo, de Clonazepam y antidepresivos. Son datos diarios que informan los directores técnicos de las droguerías”, aseguró a Ámbito Financiero, Marcelo Peretta, Secretario General del Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB).

Cuatro millones más

De acuerdo a los datos brindados por esta entidad, el 2019 finalizó con 132 millones de unidades dispensadas, a un precio promedio de 330 pesos. “Se prevé que este año haya una mayor explosión. Como mínimo, se van a vender 4 millones más de unidades anuales. Esto es una proyección, pero como esta situación de cuarentena recién se está disparando, el número puede llegar a aumentar”, agregó. Tan sólo, entre enero y marzo de este año se comercializaron 36 millones de unidades, a un precio promedio de 439 pesos.

Recetas digitales

Cierre de fronteras, aislamiento, pandemia, deterioro económico, son tan sólo algunos de los términos y situaciones que pueden generar fuerte estrés. Los psicofármacos, llevan de alguna manera a moderar ese sufrimiento, aunque eso sí, deben ser recetados. Hoy, muchas recetas se están mandando de manera digital, vía Whatsapp, con la firma del médico, aunque no todas las farmacias las aceptan.
Entre los medicamentos más demandados, están los tranquilizantes y ansiolíticos, es decir, aquellos medicamentos que son usualmente utilizados para calmar los nervios o para poder dormir. Por otro lado, también hay fuerte demanda de antidepresivos.

“El problema se concentra más en las grandes ciudades que en el interior”, sostuvo Peretta. En general, la radiografía del mercado muestra históricamente un mayor consumo en las urbes y en este caso, la situación acompaña.
Un momento similar en la historia de Argentina, con respecto a la venta de ansiolíticos fue la crisis del 2001. En ese momento, las ventas de antidepresivos se dispararon, supuestamente, para moderar el sufrimiento.

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