Uno de los asesinos de Alan Bopp tenía un celular en su celda

El brutal crimen del joven de 21 años ocurrido el sábado en el barrio Comercio IV de Puerto Madryn, no sólo dio cuenta de la situación de libertad de la que gozaban los dos acusados, ahora detenidos, sino que también arrojó varias falencias en el sistema carcelario.
Uno de los detenidos, Juan Colemil Navarro, mantuvo en las últimas horas un intercambio de mensajes nada menos que con su hermana a través de Facebook, dando cuenta de la utilización de teléfonos celulares dentro de las celdas no parecería ser una excepción, sino una constante.
“Hay k bonito sos mi lendoo hermanitooo aki te esperaré o como dios mande kerido yo soy tu hermana en las buenas y en las mala mi lendooo chujuannnnnnnn” (sic), escribió “J. N.”, hermana del recluso, mensaje respondido por este último con la imagen de una caricatura sosteniendo un corazón.
A su vez, el detenido había publicado que “sólo Dios podrá juzgarme” en su perfil público de Facebook.
Horas después, las autoridades le confiscaron el teléfono celular que estaba utilizando; cabe destacar que Navarro Colemil permanecerá, durante tres meses, en prisión preventiva en la Seccional Cuarta, ubicada en el barrio Presidente Perón. Tras advertir las publicaciones, la Fiscalía solicitó la requisa, dónde se halló el celular marca Samsung, a partir de lo cual se iniciará un expediente, que seguramente se sumará al prontuario policial que el recluso acredita, y que no le permitiría recibir beneficios en caso de ser condenado en un eventual juicio oral y público.

Violencia en la calle

“Otra vez estamos lamentando una víctima muy joven. Gracias al accionar a la Policía se detuvo a los dos imputados por el crimen de Alan Bopp. La investigación indica que los imputados iniciaron una discusión con las víctimas, una de ellas fatal cuya herida provocó una pérdida de sangre muy importante. El intento de robo quedó descartado, fue una provocación sin sentido por parte de los imputados, fue una cuestión banal y sin sentido por parte de los imputados”, explicó por su parte el fiscal general Jorge Burgueño, a cargo de la causa. “Si hacemos una estadística de los motivos por los cuales un homicida concreta su propósito de matar, en su mayoría se dan a consecuencia de situaciones banales, de exacerbaciones, por alcohol o drogas, pero las discusiones son muy burdas y esta vez no fue la excepción”, apuntó.

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