Afirman que la situación del empleo seguirá empeorando

Ante la propagación de las medidas vinculadas al aislamiento obligatorio, la magnitud de la caída de la actividad económica bajo la pandemia permite certificar que, para el capítulo laboral, las estadísticas aún no han encontrado sus correspondientes pisos.
La crisis sanitaria y económica producida por el coronavirus interrumpió “el incipiente inicio de la reversión de la crisis laboral” que el país arrastra desde hace ya dos años, cuando empezó la recesión, según destacó un informe publicado por el centro de Capacitación y Estudios sobre el Trabajo y Desarrollo (CETyD) de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), que afirma que el empleo formal cayó en marzo un 0,5% intermensual, un número similar al de este mes durante la crisis financiera global de 2009.
Los datos que el documento aporta para dimensionar “la magnitud de la caída de la actividad económica” son preocupantes: en términos interanuales, las ventas minoristas de las PyMEs se desplomaron un 49% mientras que, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la actividad industrial se contrajo un 17%. La construcción, “madre de toda la estructura fabril” e incluso del trabajo no registrado, que estalló con el Covid-19 según informó la OIT, cayó un 47%, también según números oficiales.
La prolongación de la recesión dará por tierra con la mínima recuperación laboral que se había registrado en febrero de este año, cuando tras “22 meses de pérdida ininterrumpida de puestos de trabajo (entre abril de 2018 y enero de 2020)” se sumaron más de 10.000 nuevos asalariados formales en el ámbito privado, remarca el CETyD.

Las PyMEs son las que más sufren

Las PyMEs fueron las más afectadas, ya que en empresas de hasta 49 ocupados el empleo se redujo un 0,7%, mientras que en empresas medianas (entre 50 y 199 ocupados), la caída del empleo fue del 0,6% y en grandes empresas (más de 200 ocupados), fue de solo el 0,2%.
En tanto que el sector que más sufrió la crisis en marzo fue la construcción, el empleo cayó allí un 3,1% intermensual, más que comercio, restaurantes y hoteles, donde se contrajo un 0,8%. La pérdida laboral fue mayor en los centros urbanos del interior del país que en el Gran Buenos Aires: de 0,6% y 0,4% respectivamente.

Despidos y suspensiones

Para la caída del empleo no hubo incidencia de despidos o suspensiones, que no fueron en ese mes superiores a lo normal, previo al decreto de necesidad y urgencia (DNU) que los prohíbe desde el 1 de abril. El CETyD apuntó que se produjo por la reducción de nuevas contrataciones que se dan para cubrir los puestos que quedan vacantes por renuncias, jubilaciones o finalizaciones de contratos. No resulta sorpresivo que el último año en el que marzo tuvo menos contrataciones que febrero fue el 2002.
Dado que la paralización económica solo afectó al último tercio de marzo, es de esperar que los números sean aún peores en abril, concluye el paper.

Consecuencias globales

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) en teleconferencia desde Suiza tuvo líneas sin metáforas para describir al impacto sobre el trabajo no registrado en América Latina y las pérdidas de empleo para esa franja.
En millones de habitantes, con mayor afectación en mujeres, la cifra de trabajadores en negro que ingresarán a la pobreza llega a la mensura de 140 millones de personas. Y además de números la OIT dejó por la comunicación vía Internet y por escrito que la opción para los sectores más pobres pasó a ser «o morir por el Covid-19 o bajo la presión impacto de sus urgencias alimentarias, económicas y sociales».
Ante la elocuencia del panorama en el «día a día» y la incertidumbre de lo que vendrá, el Gobierno remarca su prioridad para destinar fondos y atención a las emergencias en incremento. El titular de Trabajo, Claudio Moroni, fue terminante respecto a que el presente «obliga a definir prioridades». Con énfasis defendió el acuerdo marco del pacto CGT/UIA, «en este contexto las críticas a ese acuerdo son un enfoque equivocado, un error de apreciación». Y acotó que urge ser muy imaginativo «para mantener los empleos y algún ingreso digno» frente al Covid-19 un virus que atomizó el escenario de la economía y el trabajo.
En cuanto al escenario «home office» Moroni también el trabajo a distancia, que se implementó de «una manera simple y rápida por la pandemia», porque hay actividades en las que «ese sistema comenzará a ser duradero», aunque reconoció que habrá que «estudiar y buscar modelos en otros países» y mejorar las condiciones para realizarlo, como también perfeccionar la conectividad.

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