EL DIRIGENTE RADICAL HIZO UN DURO ANÁLISIS DE LA ACTUALIDAD PROVINCIAL

Cimadevilla sobre Arcioni: “Le queda grande el circo a este payaso”

El ex senador radical, Mario Cimadevilla, trazó una radiografía del escenario provincial actual, con fuertes críticas a la administración de Mariano Arcioni, “a quien podría definir con una clásica frase, ‘le queda grande el circo a este payaso’”, según expresó.
Asimismo, advirtió en diálogo con El Diario que la falta de alternancia política en materia de gobernanza desde el año 2003 implicó “una entrega de nuestros recursos provinciales” de la cual Chubut, al día de hoy, no ha podido recuperarse.

Diario: – Desde las últimas elecciones provinciales a la fecha, la provincia ha atravesado un largo proceso de pronunciamiento de la crisis. ¿A qué lo atribuye?

Mario Cimadevilla: No se puede analizar lo que pasó el único año solamente, para entender lo que está pasando. Hay que recordar que en 2003 comenzó a gobernar esta provincia el mismo partido político que gobierna hoy, más allá de las diferencias internas que quieran exhibir. Esa gestión se caracterizó por ser muy autoritaria durante el período de Mario Das Neves, desaprovechando todas las herramientas que en política hay que utilizar para poder armar un proyecto político. Él (por el extinto gobernador) era el único ‘dueño de la verdad’, no aceptaba las críticas. Recuerdo que lo mínimo que le decía a quien no estaba de acuerdo con él era ‘miserable’. Y ahí se inició un proceso de enajenación de nuestro patrimonio provincial.

D: – Hablamos de casi dos décadas sin alternancia política, en términos generales.

MC: Es realmente imperdonable lo que se ha hecho desde 2003 hasta ahora en materia de recursos naturales. El mar lo tenemos privatizado, y nuestros recursos energéticos nunca los había manejado la provincia hasta que se sancionó la Ley Corta el 28 de diciembre de 2006, transfiriendo esos recursos a las provincias. Y en poder de la provincia, los recursos petroleros duraron tres meses. Se puso en marcha un proceso de prórroga de las concesiones petroleras; en Chubut teníamos el yacimiento más grande con Cerro Dragón, que se privatizó y en definitiva enajenó, donde están sólo por el 12 por ciento de regalías y se transfieren los recursos energéticos.

D: – ¿Chubut es la provincia que menos regalías percibe?

MC: Efectivamente. Hay algunas que cobran el 25% o 30%, y lugares del mundo donde se cobra hasta el 70% de regalías. El 12% sale de la Ley de Hidrocarburos, que se sancionó con una YPF totalmente estatal. Si ese porcentaje quedaba para las provincias como regalía, el otro 88% seguía siendo renta nacional. Eso constituía el 100% de la renta petrolera en manos argentinas, pero ese 12% pensado para una empresa estatal es el que aplicó (el ex presidente de la Nación, Carlos Saúl) Menem cuando privatizó las empresas para que le paguen regalías a las provincias. Y ese porcentaje pensado para una empresa estatal es un disparate. Y más disparate que entregar nuestros recursos o que prácticamente los regaláramos, fue no haber entendido en su momento, que la energía es el principal insumo de cualquiera de las actividades que se realizan. Aluar trabaja porque consume energía, la gente anda en auto porque consume energía, ninguna actividad se puede desarrollar sin ella.

D: – ¿Cuál fue el ‘talón de Aquiles’ en la administración del recurso durante los últimos años?

MC: En 2007, por primera vez los chubutenses podíamos manejar el recurso de la energía. Pero no se gana dinero con la energía, sino que esta debe ser utilizada con un criterio estratégico, no comercial, generando desarrollo industrial, económico y de servicios, que es donde está la generación de riqueza. Pero esta oportunidad histórica que tuvo Chubut, fue desperdiciada. Y cuando nosotros dimos el debate nos decían que nos oponíamos al ‘progreso’ de la provincia. El único caso de ‘coima escrita’ que conozco se dio en esta eventualidad, ya que de la producción y las consecuentes regalías petroleras se le daba un aporte al sindicato petrolero. Lamentablemente, desaprovechamos el uso del recurso energético como uno estratégico para desarrollar nuestras industrias.

D: – ¿En qué punto se puede hablar de responsabilidad política sobre esta situación?

MC: Concretamente, de todo esto es responsable un partido político, que es el mismo que gobierna desde 2003 hasta ahora, y que por lo que estamos viendo funcionó más como una banda de delincuentes que como un equipo de gobierno. La corrupción, el autoritarismo, la entrega de nuestros recursos, el endeudamiento de la provincia, el crecimiento totalmente irracional de la planta de personal en los Estados, la fijación de políticas provinciales en función de los intereses del partido nacional, por citar algunas cuestiones.

D: – ¿Con esto último se refiere a la coparticipación?

MC: Históricamente, la masa de coparticipación se repartía por mitades. La mitad se la quedaba la Nación y la otra mitad, entre las provincias. A partir de la llegada al poder de los que hoy todavía nos gobiernan en Chubut y en la Nación, esta última pasó a quedarse con casi el 75%, mientras que el otro 25% iba para las provincias. Esto ocurrió porque se fueron creando nuevos impuestos que no se coparticipaban. Y a mí me tocó dar esta pelea en el Senado. Pero cuando yo peleaba para que estos impuestos se coparticiparan, los demás legisladores chubutenses y de otras provincias votaban para que no fuera así, con el argumento que daba (Norberto) Yauhar en su momento, diciendo que la Nación era ‘tan generosa con Chubut’ y que nos daban tanto en obras -hasta mencionaban la Doble Trocha- que no hacía falta que nos coparticiparan impuestos ya que recibíamos más de lo que la Nación nos daba por otro lado. En definitiva, el PJ de Chubut es el PRI mexicano, un partido político que es oficialismo y oposición en simultáneo. Incluso, quienes hoy son oposición de Arcioni han tenido tareas y compartido responsabilidades estatales desde 2003 hasta la fecha. Todos han estado de acuerdo con Das Neves, así que son todos responsables.

D: – ¿Cuál ha sido el rol del radicalismo en esta coyuntura que menciona?

MC: Acá ha habido una falla del radicalismo, que en los últimos cuatro años no ha sabido generar alternativas ni pararnos como oposición. Esto es algo que sigue y me incluyo dentro de las responsabilidades. Éramos muy pocos los que marcábamos esto. Recuerdo intendentes radicales que habían asumido en 2003 y que a los pocos meses, terminaron formando el Provech, un partido satélite del dasnevismo. Ahí hay una falla del radicalismo, de sus dirigentes; muchos de ellos que aún hoy son colaboradores de este gobierno, o bien han asumido responsabilidades durante el gobierno de Das Neves. Y se nos endilgaba a nosotros que, por marcar estas diferencias y como perdíamos elecciones, fracasábamos en nuestros intentos políticos, lo cual no es así. Si nosotros no hubiéramos marcado estas diferencias, hoy no habría alternativa en la provincia. Y digo esto porque el PJ ya demostró que en ninguna de sus variantes es alternativa para seguir gobernando Chubut.

D: – ¿Cómo evalúa el rol del Estado provincial hoy?

MC: Está destrozado, actualmente no cumple funciones básicas ni en educación, ni en salud ni en seguridad. Tenemos una provincia quebrada y sostienen en el gobierno a una persona, como lo es Arcioni, que se enamoró de una gula tóxica por el poder que lo llevó, en los últimos comicios, a hacer una travesura electoral aumentando salarios que el Estado no podía pagar. Y todo esto es responsabilidad del partido que gobierna. A Arcioni podría definirlo utilizando un dicho popular: ‘Se le ha hecho demasiado grande el circo a este payaso’.

D: – ¿Hay una crisis de representatividad generalizada?

MC: La política es el arte de organizar la convivencia en una sociedad, una cada vez más compleja y donde existen intereses diversos. La política no es ‘aumentar las grietas’. Hoy, lo que nosotros vemos en Argentina es que solo hay intereses sectoriales, nadie discute un proyecto de provincia, municipio o Nación. Y ‘patria’ hay, precisamente, cuando lo que compartimos es más fuerte que la riqueza de la discusión. Hoy se hace política en base a marketing, según la estética de los candidatos y si son viejos o jóvenes, si son lindos o feos, gordos o flacos. Y es algo que ha traído, fundamentalmente, la política del Pro. Lo especulativo está vinculado más a intereses individuales que generales, y los partidos han perdido esta representatividad social que tenían. En la UCR veo que muchos de esos dirigentes, algunos que aún están a cargo de responsabilidades de conducción en el partido, han decidido sacrificar su identidad y autonomía a cargo de algunas candidaturas sin contenidos y algunos puestos sin importancia.

D: – ¿Falta proyección a largo plazo?

MC: Lo que nadie discute hoy es cuál es el perfil de las ciudades, como por ejemplo el caso de Trelew, donde no se sabe si somos una ciudad agrícola, industrial, agroindustrial o de servicios, cosa que dudo ya que Madryn ya tiene su hotelería, Gaiman sus sanatorios y hospitales, sus colegios secundarios, etcétera. Esta discusión de cuál es el futuro político y hacia dónde vamos no se da. Son muy mediocres y malos quienes nos gobiernan. El mismo debate hay que hacerlo en el terreno provincial, y no se hace. Quienes están en la oposición únicamente se dedican a explotar los errores del oficialismo, sin propuesta. Este último no tiene absolutamente ninguna propuesta, ni siquiera puede administrar el Estado porque no puede pagar los sueldos.

D: – Este escenario no deja demasiado margen de acción para el oficialismo y tampoco para la oposición.

MC: La verdadera crisis que tenemos en Chubut es la de la incompetencia, y con estos incompetentes que gobiernan nos va a esperar una larga agonía. Sobre todo, si no entienden que de las crisis nacen las ideas, los descubrimientos y las estrategias. Realmente no les veo materia gris para que hagan nada de esto. Muy por el contrario: creo que cada vez se encierran más en su incompetencia y pretenden justificar sus errores. Y lamentablemente, quienes conducen la UCR, de los cuales no distingo entre la Nación y la provincia, pretenden unir el partido y no veo que tengan un objetivo mayor que mantenerse en algún cargo. Esto hace que los ciudadanos descrean de las políticas, especialmente a raíz del incumplimiento de las promesas. La gente vota promesas y luego se encuentra con que hay imposición de intereses.

D: – Parecería que, por estos días, son pocos los dirigentes que hacen una defensa de los recursos locales.

MC: Podemos citar el ejemplo de Puerto Madryn, donde se pidió que las empresas pesqueras colaboren con una determinada cantidad de dinero durante la pandemia, y Conarpesa, que históricamente hizo toda su fortuna en la ciudad, amenazó con irse por no querer pagar. Y el intendente les pidió que, en todo caso, ‘se vayan pero sin los permisos’, lo que me parece acertado. Sin embargo, pareciera ser que el Gobernador de la provincia, que es la que administra los permisos de pesca, tiene más compromiso con la empresa que con el pueblo de Madryn. Es una locura lo que se ha hecho en esta provincia. Hay tres condiciones para que una administración explote: falta de liderazgo, falta de confianza e improvisación, y es todo lo que acredita Arcioni. Y tenemos una oposición, en el orden nacional y provincial que se limita a quejarse. Hemos sido incapaces de tener un partido que, más allá de las críticas que hay que hacer, esté generando alternativas.

D: – ¿Cómo evalúa la alianza Cambiemos, observando los cuatro años de gobierno con la perspectiva actual?

MC: Hablando de cuando el Pro llegó al Estado, aún tengo mis dudas de si llegaron para satisfacer el interés general o para cuidar sus negocios con el propio Estado. Quiero aclarar que, en Gualeguaychú, estuve de acuerdo y convencido de la necesidad de hacer esa alianza electoral. Allí se dio la discusión sobre qué teníamos que hacer como partido, si ideológicamente tanto el ARI como el PRO estaban en las antípodas de nuestro pensamiento. Y también se incorporaron a la discusión las urgencias que tenía el país, que eran dos: cambiar el signo político de quienes nos venían gobernando de hace muchísimos años, ya que el recambio es bueno para fortalecer cualquier democracia; y lograr un equilibrio parlamentario que no existía. Yo estuve en ese Senado donde no teníamos número ni para ir al baño.

D: – Sin embargo, en el tránsito de los cuatro años de gobierno hubo cortocircuitos dentro del espacio.

MC: Ambos objetivos se lograron, cambio de signo político y equilibrio parlamentario. Y todo esto lo hicimos en el entendimiento de que íbamos a ser consultados en algunas decisiones de gobierno, pero no fue así. Así como fui uno de los que defendió la alianza en Gualeguaychú, también fui el primer radical que se le plantó a Mauricio Macri. Incluso, algunos dirigentes provinciales hoy siguen hablando de ‘Cambiemos’, tienen un tinte demasiado amarillo. Nosotros tenemos serias diferencias con el PRO; el radicalismo puede exhibir, a lo largo de su historia, la defensa de la universidad y de la escuela pública. Nosotros tuvimos que escuchar a un presidente como Macri hablando de ‘la desgracia que tienen los que van a la escuela pública’. Tenemos serias diferencias incluso en la provincia, recuerdo al Pro cuando decía que Das Neves había sido ‘el mejor gobernador de la historia’.

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