Covid-19: Hallazgo para que pacientes no lleguen a terapia

En distintas universidades y laboratorios de todo el mundo se está trabajando arduamente para intentar encontrar una vacuna contra el Covid-19. No obstante, otro grupo de científicos también está intentando encontrar alguna solución para reducir la tasa de mortalidad y que aumente el número de recuperados.

En este contexto, un grupo de médicos y científicos de Mendoza y Buenos Aires está avanzando en un producto que salvaría a muchos pacientes de ir a terapia intensiva. Estos especialistas impulsaron dos proyectos en la convocatoria extraordinaria que propuso la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) en el marco de la Unidad Coronavirus Covid-19, un dispositivo de coordinación impulsado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Entre la vastedad de los 900 postulados, 64 avanzaron considerablemente. Entre ellos, el que presentaron los doctores Walter Manucha, de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo y el IMBECU CCT Mendoza, del CONICET; Carlos Tajer y Javier Mariani, del Hospital El Cruce de Florencio Varela, provincia de Buenos Aires; y Felipe Inserra y León Ferder, de la Universidad Maimónides de la Ciudad de Buenos Aires. El trabajo se llamó “Ensayo controlado con vitamina D en altas dosis versus placebo para prevenir las complicaciones evolutivas de pacientes infectados por COVID-19”.

Además de los 100 mil dólares del subsidio para investigar, la realización del proyecto dependerá de conseguir 200 pacientes en una primera etapa y en una segunda etapa 1200 pacientes que padezcan Covid-19 para el ensayo definitivo. En la Argentina ya hay 5.020 infectados oficialmente, pero no todos estarán disponibles. Desde Mendoza, Manucha cuenta que se requieren muchos hospitales, “los que también se integrarán a este estudio. Empezamos con 200 pacientes, pero para que sea sostenible científicamente debemos tener un número más importante. Esperamos que a finales de mayo o principios de junio tengamos esa cantidad disponibles para hacer el ensayo”.

Precisiones de los científicos

Según afirmó el científico a cargo de esta investigación, se trata de un “estudio caro. Hay que generar los llamados placebos, que no es la droga, sino lo que el paciente toma creyendo que lo es. Y producir la droga en sí, que tiene que ser exactamente igual al placebo. Se llama doble ciego: ni el médico que lo da ni el paciente que lo toma saben qué están tomando, si el placebo o la droga. Hay muchos principios activos que se caen porque el efecto placebo es tan alto que la droga no genera un resultado positivo”.

Además, Manucha también expresó una postura sumamente realista, ya que afirmó que “si después del ensayo el placebo está por encima del 25 o 30 por ciento, bueno, estamos en el horno”.

La explicación de la hipótesis que manejan es sencilla: “Creemos que si se le dan altas dosis de vitamina D durante un tiempo a la gente que está en un estadío intermedio de la enfermedad -no la que está muy grave-, hará que el paciente evolucione en forma positiva, que no se agrave y se reduzcan las chances de ir a una terapia intensiva y ocupar un respirador. Es muy factible que pueda evitar que los enfermos lleguen a un estado terminal, donde no es posible rescatarlo. Para nosotros, ese resultado sería fantástico. Como por ahora no tenemos una vacuna, debemos buscar elementos que sean accesibles y económicos. No nos metimos con algo muy sofisticado. Es algo que se conoce desde hace décadas, y además, es muy barato. Pero, por supuesto, no se trata de una vacuna ni de un tratamiento, es un coadyuvante”.

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